Saturday, August 27, 2011

Que mueran los Lavolpistas II - Fin del mundo

2 PM- Oigo el teléfono sonar, era mi agente y preguntaba ¿A quién anoto como beneficiario de tus ganancias por tu nueva novela, en caso de que mueras?

- A mi madre, dije yo

- Pero tienes 7 años que no la ves

- Tú anotala, también Elvis no veía mucho a su madre y sin embargo le compró un Cadillac Fleetwod 60, una mina de oro.

- Bueno

- Por favor, para la próxima pregunta de burócratas trata de arreglar esto por medio de un mail, estaba dormido soñando invasiones extraterrestes y tu llamada me despertó de ese gran sueño.

- Ya no tomes gin tonic antes de dormir, te hace mal.

- Y tú no eres una buena agente - colgué.

Ahora recuerdo la fiesta de ayer, no recuerdo el fin, pero recuerdo el principio.

Estaba ella ahí tan linda y tocándome el rostro.

Se cuestionaba el por qué su novia la había dejado para viajar a Sudamérica, sufría por ello pero no dejaba de tocar mi cara.

Después me preguntó sobre mi última novela y yo no decía nada hasta que me cuestionó sobre quién me inspiró a hacerla.

Hugo Sánchez gran amigo mío- respondí.

Conocí a Hugo cuando por primera vez fui a un dentista, él había dejado su carrera de futbolista y se había dedicado a la odontología. Yo era adolescente y me daba por hacer lo que decían las letras de un disco después de escucharlo. Esa tarde escuché un disco de Slipknot, al terminar me dirigí en busca de un frasco de tornillos y clavos y traté de ingerirlo. Como era de suponerse al segundo clavo que entró a mi boca dos muelas tronaron, decidí parar e ir al dentista.

Hugo me recibió en su consultorio y de ahí me preguntó el cómo yo había sufrido tal accidente.

No fue un accidente Hugo, ingerí un frasco de clavos a propósito- le conteste.

Deberías de escribir una novela sobre eso chaval, vende mucho eso hoy en día- afirmó cuando comenzaba a sonar su taladro de la muerte.

Cuando terminé mi breve historia ella sonrió y comenzó a darme cátedra sobre el Realismo Sucio, la generación Beat y su odio sobre Charles Bukowski. Sólo me limité a escucharla y no respondía a ninguno de sus insultos sobre escritores de mi clase.

- Ella decía: Uno de mis héroes es Alejandro Jodorowski, mi primera novela está inspirada en él, también en las flores, las rosas, el cielo, el mar, la tierra, la existencia del ser y cómo éste se somete al amor y la poesía Jipy, tengo mucho que escribir, será una gran novela.

- Yo respondía: Vamos nena, yo no soy de esa clase. Mis héroes son tipos como John McClane, me inspiro en la televisión de los noventas, no soy un tipo de mil noches, no tengo un peso en la bolsa y tampoco me importa la existencia del ser. No puedo escribir otra cosa que no sea cerveza, perros y soledad, pero esta noche te demuestro que puedo ser algún personaje de "El Topo", claro con la condición de que albergues entre tus piernas este gran armamento.

Seguía sonriendo ella sin dar paso a nada más entre sus piernas y yo. Me desesperé y mejor fui a platicar con un amigo sobre la mierda de fiesta en la que estábamos, le dije que había que retirarnos por que esto no podía acabar bien, él accedió y sin decir adiós dejamos de ser presencia en ese mal festín.

Luego mi amigo me contó que ella era amiga de otra ella- ya saben cuál, la peor chingadera de mi desgracia- que fue una buena elección no partirla en dos, además de que ella está destinada a ser una gran escritora, nada que ver conmigo.

El encuentro me había dejado en shock cuando me enteré sobre sus amistades, mis nuevas enemistades, me sentí avergonzado de ser escritor y también de mis novelas que había realizado en noches llenas de Bacardi.

Ahora que analizo bien la situación, hubiera preferido haberme acabado ese frasco de clavos, tal vez así mi hígado no estuviera al pendiente de mi próxima novela, no creo que la soporte.

Monday, August 22, 2011

¡Colguemos a los Lavolpistas, que muera el mundo!

La narración comenzaba con un: "Qué bonita chalina del señor"

Me siento muerto,
a la vez tengo que pensar,
a la vez trabajar
y a su vez
maniobrar en las olas.

Por el momento,
no estoy empeñado en plasmar una frase
con la más raras palabras,
que a su vez me serviría para levantar faldas,
pero eso es para columnistas nubiles
faltos de vida en sus muertes
y con mucha muerte en sus vidas.

Tengo náuseas
provocadas
por lo real de las personas
de los colores
de las fotografías
de videos y de la alegría.

Sólo un beso me ayudaría a soportar
tan ligera carga,
pero también me metería en problemas,
como la vez que me metí a la habitación de Paris Hilton
y me dejé llevar por los impulsos,
por el insomnio
y un poco por las drogas que tenía Paris en su bolso.

Venga señorita Hilton,
quítese esa raya blanca de la nariz
que no ve que puede seguir viviendo.

Ya es de noche,
iré a descansar,
tal vez mañana
las mujeres tengan la decencia
de por lo menos hacer una llamada
a la habitación 304
del piso 35
donde Paris Hilton se encuentra muerta
desde hace 2 años.

Friday, August 19, 2011

Una noche

No te daré la importancia que quieres,
no la has meritado
y no se me ocurre dartela.

Mira, ven, tómame de la mano
luego bebe esto,
bebe lo otro,
bebe de aquello,
ahora de esto,
ahora de éste que se ve bien,
mira este que buena pinta,
ya?,
no, espera,
mira nos ofrecen de esto
ahora de esto,
ya no más?
pero aguanta,
de éste, no?
en serio?
pues qué tiene.

Ahora te sientes mareada
con ganas de empaparme de besos
y yo con ganas de recibir al chubasco,
pero detente,
por qué te quitas eso?
y ahora lo otro?
no, espera,
te lo pido por favor,
contrólate,
te has desprendido de eso,
de lo otro,
vaya que luces genial.

(Silencio de 5 minutos)

Te veías tan bien,
pero muerta te ves mejor que viva.

Tuesday, August 16, 2011

Entre la ilusión y la sección de carnes frías

Era niño y creía que algún día, en mi madurez, llegaría alguien como tú, así de estatura baja, blanca y con cosas que las "muy niñas tienen".

El tiempo distorsiona lo que alguna vez hizograndes a
Hemingway,
Camus,
Shalámov,
Corso,
qué se yo.

El tiempo, no sé si es aliado o enemigo,
me alejó
de las guerras de medio oriente
de la caballería del Rey Arturo
y de un legendario "Tora Tora".

No puedo llegar a casa con queso, vino y carne,
por que si tuviera casa,
estarías tú,
señalando las fallas que se le presentan al patio trasero
para que yo las repare,
cosas que hace un hombre común:

Regalarle a su esposa un ramo de rosas,
encargar a los niños con una niñera en el aniversario de bodas,
corregir el estilo de su relación
y entablar las escaleras que los lleven a la inmortalidad.

Pero soy un boxeador,
llamado Billy López
que nació en los suburbios de Los Ángeles
y creció a base de golpes.

Gancho izquierdo es mi arma,
mi debilidad las apuestas
y mi perdición las mujeres.

Así que ni te presentes,
como la musa de mis historias,
por que ya he pasado esa etapa,
ahora sólo quiero consolidarme
en el mundo de las apuestas, las entrevistas
los habanos y el ron de exportación.

Mi traje de etiqueta está a mi medida,
así que ven,
vamos a aunar tú pantalon amarillo
con mi gabán oscuro,
quítate la ropa,
que aunque sepamos que lo que hacemos no está bien,
en la vida de un pugilista,
no hay mejor nocaout que esto.