Carolina

Carolina

SEK

Recuerdo que ella me dijo que su papá se había suicidado días antes de nuestro encuentro. No supe qué decirle, ni cómo actuar, ella me lo dijo con toda naturalidad; sin embargo, me decía que se sentía mal, que su madre no dejaba de llorar, que su hermana llevaba días en shock y que ella sólo quería que ya pasara este trago amargo.

¿Y ahora qué harás? – pregunta estúpida que le hice.

No lo sé, tal vez me largue de la ciudad pero tampoco quiero dejar sola a mi madre y a mi hermana, en resumen: no lo sé – me contestó con una seguridad de inseguridad en sus palabras.

Después de que dijo eso, me quedé callado, traté de abrazarla pero como hacía mucho frío y llevábamos mucha ropa puesta pues sólo quedo en eso, en un intento fallido.

¿Quieres una cerveza? – pregunté después de dos minutos de silencio.

No, quiero llorar pero no puedo, mi padre fue muy cobarde, pero no lo quiero recordar así, quiero recordarlo alegre, vivo- expresó con tanta frivolidad y madurez que me dejo más helado de lo que ya estaba.

Comencé a llorar como imbécil, conocí a su padre, nos vimos unas cuantas ocasiones, cuando ella y yo éramos novios, me saludó cordialmente y yo respondí de la misma manera, fuera de ahí no realicé trato alguno con él.

No llores, es normal, así pasa: las personas mueren, mi padre traía  muchos demonios encima y por un lado trato de comprenderlo – me expresó con una sonrisa agridulce.

Cuando me dijo eso, también noté que dejaba escapar unas lágrimas de su rostro, que se deslizaron por ese lunar que tenía arriba de los labios... hasta que caían al suelo.

Tal vez sí quiero una cerveza y algo más -  me dijo.

Estás triste –agregó- estoy triste, la noche se presta.

Al otro día, desperté en el hotel, con una cruda bárbara. La busqué, ya se había ido, fue la última noche que la vi. Recuerdo que la hice reír después de aquél instante, la besé sin importar que nuestra relación había terminado hace años, ella me correspondió…

Cómo no tuvo más padres que suicidaran para vivir con ella más noches como esa…¡Maldita sea mi estampa!